Hasta ahora se consideraba que en política la solución de los problemas de la gente había que reclamársela a los políticos (al igual que en medicina hay que pedírsela a los médicos, y en derecho a los abogados). No obstante, el gobierno de los sondeos, los referendos y la demagogia del directismo atribuyen los problemas a los políticos y la solución a la gente. Giovanni Sartori.
La Vanguardia se despacha con un interesante titular: «La participación en el referéndum de Grecia supera el 60%». La imagen que acompaña al texto, y que realza el mensaje, es una manifestación de partidarios del NO. Podrían haber sido mostradas las urnas o las espeluznantes máquinas de votación (si las hubiere), las colas de votantes, los edificios mismos donde se acude a votar o las manifestaciones de partidarios del SÍ…incluso un mapa de Grecia. Se busca recalcar toscamente una victoria pírrica. Pero como preguntemos a la mayor parte de los opinantes españoles, o a los votantes griegos, qué significa «pírrica» nos íbamos a sorprender.
Traducido al lector borrego para que deje de balar: la abstención casi ha llegado al 40%. Cifra significativa pues en Grecia, para que tenga validez un referéndum, se requiere un 40% mínimo de «participación.» Otras naciones más consistentes se obligan a porcentajes superiores al 50%. En este diminuto país es obligatorio votar y los referéndum no son vinculantes, sólo tienen un matiz meramente consultivo. Tampoco se admite el voto por correo con lo cual miles, sino decenas de miles de griegos, no han podido expresar su opinión mediante el voto.
Pero sigamos con los números para que no quepan dudas de la deficiencia ética, la cognitiva aún no se la supongo, de quienes ven en estas cifras «una gran victoria.» Según El Mundo, otro trozo de papel deleznable que difunde masivamente desinformación, los ganadores tienen un 62.50% (NO) y los perdedores (SÍ) un 38.50%. Redondeadas a la baja por mí, muy levemente, ambas cifras. Traducido al román paladino al margen del trance que en el corresponsal del periódico generan las muchedumbres triunfantes dándole al claxon y al grito en las calles, como abyectos «hooligan» que son, no más del 36% de los griegos han seguido a sus gobernantes que son quienes han elaborado la pregunta del referéndum. Generalmente los referéndum convocados institucionalmente son ganados por quienes los convocan y redactan la pregunta de marras.
Este populismo de opereta, generado por las oligarquías para mantener al personal de servicio ocupado, sería imposible sin los medios de comunicación de masas. Son estos los que legitiman o desacreditan a la clase política, o a quien haga falta, siguiendo las instrucciones de sus amos corporativos o institucionales. Hay que desnacionalizar para afianzar la nueva Europa y se empieza por el principio, haciendo picadillo a los más tontos para dar ejemplo, la extrema “izquierda” es para esto fundamental. Piketty, Antonio Garrigues Walker y el Instituto Elcano coinciden al milímetro en esto, insertos como están en la agenda global.
Por eso que una marioneta como Pablo Iglesias, de las Universidades españolas no va a salir nunca nadie demasiado brillante, considere la televisión como un deus ex machina es totalmente comprensible. Si observamos todo este asunto de la crisis griega, y sus supuestos dimes o diretes, como un teatro de títeres para niños donde se enfrentan muñecos de los deleznables Ángela Merkel o Varoufakis (dirigidos por las manos de una misma cabeza), tendremos sin duda una visión más acertada del proceso comunicativo al que estamos siendo sometidos por los «media» Obviando las idioteces sistemáticas, mayoritariamente proclamadas en Twitter, Facebook etc, eso sí no mayores en inverosimilitud y falsedad que las programadas por la prensa mayoritaria y las grandes cadenas de desinformación, recalcar que la participación ha sido bastante baja cotejada con otros comicios del mismo país. Sólo ha habido en Grecia, tras la dictadura de los Coroneles, otro referéndum: en 1974 sobre la forma de Estado; participó el 77% y el resultado fue escoger el actual sistema partitocrático, presuntamente republicano, que ha llevado al pequeño país, que conoció tiempos mejores, a la ruina.
La cuestión es que la economía griega, debido en gran medida a la costosa burocracia política que los sistemas clientelares imponen a las democracias de masas, ha requerido para “funcionar” cantidades crecientes de crédito. Crédito que no venía del espacio exterior sino mayoritariamente de Europa, crédito del cual como mínimo hay que abonar los intereses. Son los Bancos Centrales de cada país, junto con el Banco Central Europeo que los monitoriza, los responsables de las políticas monetarias y de las burbujas generadas por las políticas de “dinero fácil” que tanto entusiasman a Krugman o Stiglitz, entre otros. El ciudadano ni sabe, ni quiere, ni puede, con la información o la educación que recibe, comprender nada de esto.
Si Grecia quiere más crédito tendrá que garantizar su pago o declararse en bancarrota y tirar para adelante al margen de la Unión Europea. Para eso se inventó el euro, como una camisa de fuerza para las naciones e integrarlas en un nuevo Reich no menos demente que el anterior. Salirse del euro es una mera baladronada de los gobernantes recién elegidos que durarían en el poder muy poco; muy posiblemente no saldrían físicamente íntegros del muy previsible proceso de debacle si se tomase esta decisión. Que no la van a tomar pues están situados ahí para esta parafernalia mediática, engañando al pueblo griego por triplicado.
Grecia entró en la Eurozona en el año 2000 de la mano del PASOK, los datos sobre los requisitos de déficit fueron falseados a cambio de comprar material militar en grandes cantidades[1]. En el 2009 el mismo líder, del equivalente al PSOE, reconoció este engaño en el cual tuvieron un papel destacado las “buenas gentes” de Goldman Sachs. Ese mismo año la reunión del club Bilderberg “coincidió», fortuitamente sin duda, en Atenas.
Como bien señala William Engdahl: Yanis Varoufakis no ha sido otra cosa que un caballo de Troya de la “troika”. Ya en el 2009 había recomendado al inefable trilero, y miembro de una dinastía local de trileros: Papandreu, durísimas medidas de austeridad ante la crisis surgida un año antes convirtiéndola de manera ineludible en una recesión; que es de lo que se trataba, claro. De los 240 billones de euros entregados a Grecia desde el 2010, tras los ataques al bono griego realizados por George Soros que desde su Instituto para la Nueva Economía ha apoyado tanto a Varoufakis como a Tsipras, sólo 27 billones han sido utilizados como parte del presupuesto del pequeño país.
Hablar del nazismo o ir sin corbata, a lo peronista, como hace Pedro Sánchez “Tsipras”, que ha escogido a Pablo Iglesias como su Alfonso Guerra, solo muestra la falta de escrúpulos de toda una nueva generación de cuadros que, procedentes de la izquierda ideológica y de una Universidad más que degradada, y cuidadosamente auspiciados por facciones nada invisibles
del Gran Capital, están ahí para lo que están para lo que ya está haciéndose en Grecia, como hemos señalado desde el 2010: imponer a una nación en tiempo de paz el más severo programa de austeridad (Holger Schmieding del Banco Berenberg)
Para los que quieran ver algo más que “actualidad” en todo esto, recordarles que la presente nación griega obtuvo su independencia del Imperio Otomano durante una guerra que duró casi diez años y en la cual recibió apoyo, nada desinteresado por cierto, de Rusia, Francia e Inglaterra. Ya en su nacimiento este pequeño país nació endeudado. Para situar aún más la cuestión, en un «tempo» significativo lejos de discursos transitorios y destacando los aspectos geopolíticos, pensar que en cierta manera la Segunda Guerra Mundial comenzó en 1936 en España y culminó en 1949 en Grecia. Entre 1946 y 1949 este país conoció una sangrienta guerra civil contra los comunistas, sostenida en gran medida por los británicos. En ambos casos Stalin tuvo que retroceder.
“Transversalidad” y “sostenibilidad” son las columnas del Nuevo Orden que se asentará, salvo que le pongamos coto, en Europa. Un nuevo tipo de servidumbre generalizada administrada en gran medida por cuadros cuyos componentes, como en Argentina, procederán de la extrema izquierda y del fascismo. Obviamente el Tratado de Libre Comercio USA, en ciernes, requiere la latino-americanización de Europa. El infantilismo izquierdista se deleita en un onanismo apátrida, imprescindible para un Capitalismo de Estado de rango planetario, por eso PIT ha visto la luz (la de las teles) en su camino a Damasco.
[1] El déficit no era del 3% sino de más del 12%.
Estupendo artículo Frank y estupenda alternativa informativa. Gracias por ello. Pero no dejo de darle vueltas a la pregunta de ¿Y entonces? Qué posicionamiento puede o debe tener según tu opinión el ciudadano de a pié, cada vez más de «a pié» porque ni el transporte público es ya una alternativa económica para un trabajador en esta Europa del Sur.
Frank no tiene alternativas, sólo ataques. Lo fácil, vamos.