PROPAGANDA: Un documental sorprendente sobre cómo nos dejamos dirigir

Video realizado en Corea del Norte, sobre la ilusión de la democracia y el poder corporativo que convierte a los ciudadanos occidentales en zombis consumistas, a los que nada importa salvo su propio ombligo.

 

 

Sorprendente para empezar porque, supuestamente, es un documental realizado por Corea del Norte, país del que no sabemos nada -salvo lo que la propaganda oficial quiere contarnos: que son una sociedad atrasada y totalitaria, donde el pueblo vive oprimido y en la miseria. En segundo lugar porque, obviando el hecho de que el mismo documental es a su vez propaganda -y confiamos en que nuestros lectores sean lo suficientemente inteligentes como para saber diferenciar el trigo de la paja- no cabe duda de que las críticas que vierten sobre nuestras sociedades occidentales son muy solventes. A pesar de la fuente de la que supuestamente proviene, la tesis que expone de que la democracia, tal como se entiende en occidente, es una plutocracia disfrazada, es muy difícil de rebatir. Que el entretenimiento funciona como un mecanismo de estupor y apaciguamiento que se traduce en la práctica como una forma encubierta de control mental, más allá de que exista o no una conspiración o un plan maquiavélico, tampoco es fácil de refutar.

Desde numerosos puntos de vista, el documental analiza cómo es posible que el 1% dirigente, las elites criminales y psicópatas que gobiernan los países y controlan las grandes corporaciones industriales, militares y financieras, mantengan el dominio sobre el 99% restante -el pueblo-, que coopera -sabiéndolo o no- con el expolio, la explotación, el asesinato en masa, el terrorismo de estado y todo el horror al que tienen sometido (y acostumbrado) al mundo. Todo esto a través de los múltiples tentáculos de la gran industria del siglo XX (y XXI): la industria de la PROPAGANDA.

Un documental de obligado visionado, pues antes de poder siquiera plantearnos cómo luchar contra el régimen, cómo combatir el sistema, hay que conocer hasta qué punto éste ha colonizado nuestras mentes, nuestra forma de vida. Cada uno debe reconocer de qué maneras está colaborando con el establishment, en sus propios hábitos vitales. Porque no se trata de acudir a manifestaciones con eslóganes difusos tras los que se esconden intereses inconfesables; se trata de romper lazos con el sistema de opresión. Sobre esto publicaremos próximamente un artículo: NO COLABORES CON EL RÉGIMEN; NO LUCHES CONTRA EL SISTEMA: SALTE DE ÉL.

Mientras tanto, y como ejercicio previo, os recomendamos que dediquéis una hora y media de vuestro tiempo a ver esta joya del cine propagandístico. (Audio en inglés, subtitulado al castellano).